jueves, 18 de enero de 2007

El Real Madrid, coloso en llamas

Lía Rodríguez.

Aún colean las críticas que realizó el presidente del club blanco, Ramón Calderón sobre los jugadores. Todos se quejan, después todos optan por el silencio y mientras Calderón explica sus palabras y pide perdón.

Parece que la reunión que mantuvieron sirvió para poner a cada uno en su sitio, y que cada cual se dedique a lo que se tiene que dedicar. Pero como aficionada, las lindezas soltadas por el presidente en la conferencia, me parecen de lo más acertadas.

El Real Madrid más que un equipo de fútbol, parece un pase de modelos, una fiesta continua y un recreo de niños consentidos de 2 años.

Es lícito que se hayan molestado, pero un poco de humildad nos le vendría nada mal. Saber cuanto cobra nuestro “galáctico” portero, me reafirma en mis pensamientos. Más trabajo y más concentración, que te pagan para que evites el caos, y menos poso por aquí para una película, o acompaño a mi novia a no sé qué gala, o salgo con mis amiguitos de copas.

Sobre Guti, no lo ha podido definir mejor. Según mi punto de vista, es uno de los mejores jugadores de la plantilla merengue, y cuando él está bien, el equipo funciona de maravilla, pero se detiene en las chiquilladas, en no me pagan lo suficiente, no me sacan… y lo que no parece entender es que para entrar en un partido hay que estar al 100% porque si no, no hay nada que hacer. ¿Cuántas veces habré visto a Guti paseándose por el centro del campo, literalmente, sin pedir el balón? Incontables. Tampoco parece asumir que se debe pagar según el rendimiento, aunque en el fútbol esto se aplicaría más bien menos, porque las cifras marean, pero no te van a subir el sueldo por caminar por ese rectángulo de hierba, al que llaman campo de fútbol, querido Guti.

Y Beckham. Nuestra guapísima, ilustrísima y radiante estrella... Lo cortés no quita lo valiente, y hay que reconocer que es muy buen jugador, pero últimamente le veía más en la televisión por sus contratos publicitarios y sus paseos con su encantadora mujer de una tienda a otra, que dando espectáculo en el campo, que es donde debe brillar.

Podría seguir uno por uno, aunque algunos se salvan o al menos no se mediatiza tanto, pero me ceñiré a los tocados, como por una varita mágica, por el presidente blanco, Ramón Calderón, que pasará a la historia como el hombre que dijo en público lo que nadie se atrevía.

A ver si de esta manera se caen del guindo en el que están subidos, y dan ejemplo de lo que debe ser un jugador de fútbol, que los niños os miran.

No hay comentarios: